Al conmemorar el primer aniversario del genocidio en Gaza, AfroResistance, una organización regional con sede en Nueva York comprometida con los derechos humanos, la democracia y la justicia racial, lamenta las miles de vidas perdidas, la destrucción de hogares y la continua negación de los derechos humanos y la dignidad del pueblo palestino. Este aniversario nos recuerda las estructuras globales de opresión que conectan las experiencias de las y los palestinos con las de las comunidades negras e indígenas en América Latina. La violencia infligida en Gaza refleja la represión estatal y la violencia racial que sufren los afrodescendientes en las Américas.
En toda América Latina, los vínculos entre muchos gobiernos y el aparato militar israelí han afectado en forma profunda a las comunidades afrodescendientes. Los acuerdos de armas, la tecnología de vigilancia y el entrenamiento en seguridad se utilizan para controlar y reprimir a estas comunidades, al reforzar la historia regional de violencia racial. Estas tecnologías, diseñadas originalmente para el control colonial, se implementan en las Américas para perpetuar la violencia racial, militarizar las fuerzas policiales y vigilar a activistas. Los paralelismos históricos son claros: desde la esclavitud de personas africanas hasta la violencia estatal actual, estas colaboraciones profundizan la desigualdad, perpetúan la pobreza, incrementan las tasas de encarcelamiento y mantienen la marginación de las comunidades negras.
Sin embargo, recientes cambios en la región han traído esperanza. En mayo de 2024, bajo el liderazgo del presidente Gustavo Petro, Colombia rompió relaciones diplomáticas con Israel, al calificar sus acciones en Gaza como "genocidio". Este es un paso significativo, dado que Colombia ha mantenido durante mucho tiempo acuerdos militares con Israel. No obstante, este movimiento debe ir más allá de gestos simbólicos. AfroResistance enfatiza que la verdadera solidaridad para los gobiernos latinoamericanos implica desmantelar los sistemas de colonialismo e imperialismo que alimentan la violencia estatal tanto contra los palestinos como contra los afrodescendientes.
¿Cómo pueden los estados latinoamericanos proclamar solidaridad con Palestina mientras continúan utilizando tecnología militar israelí para oprimir a sus propias poblaciones negras e indígenas? ¿Cuál es el verdadero compromiso de estos gobiernos con la justicia racial? AfroResistance les insta a abordar esta profunda contradicción y romper todos los lazos que sostienen la violencia y la represión. ¿Cómo pueden los países que perpetúan la discriminación racial, la desposesión de tierras y los legados coloniales enfrentar sus propios sistemas opresivos, que reflejan las mismas injusticias que condenan en Palestina? La verdadera solidaridad requiere un cambio sistémico, no solo gestos simbólicos.
Instamos a todos los gobiernos latinoamericanos a unirse a Bolivia, Belice, Brasil, Chile, Honduras y Colombia en cortar relaciones con Israel, pero también demandamos más. Hacemos un llamado a estos y todos los estados de la región a abordar sus sistemas internos de discriminación racial y violencia, al reconocer que la lucha por la liberación palestina está íntimamente ligada a la lucha por los derechos de los negros e indígenas en toda América.
Asimismo, reconocemos que, más allá de las acciones estatales, son las masas populares de nuestra región las que deben movilizarse para apoyar a Palestina y luchar por la dignidad, la autonomía y los derechos humanos de las comunidades afrodescendientes en América Latina y la diáspora africana. A través de nuestros programas continuos con mujeres y niñas negras, nuestro enfoque en la migración afrodescendiente y nuestro compromiso con campañas como la Zona de Paz, AfroResistance seguirá trabajando por la liberación de todos los pueblos oprimidos, desde los barrios de Colombia hasta las calles de Palestina. La verdadera solidaridad implica organizarse por la justicia, desmantelar los sistemas opresivos y construir un mundo libre de violencia y explotación.
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