top of page

El giro de Panamá hacia la militarización genera preocupaciones sobre la soberanía en medio de la influencia estadounidense

Foto del escritor: Janvieve Williams ComrieJanvieve Williams Comrie
Acuerdos militares recientes y compra de aeronaves desafían la desmilitarización constitucional

Ciudad de Panamá, Panamá — Los recientes desarrollos en las políticas de seguridad de Panamá indican un alejamiento de su histórico compromiso con la desmilitarización, lo que genera preocupaciones sobre la soberanía nacional y la renovada influencia militar de Estados Unidos en la región.


Desde la disolución de su ejército en 1990, tras la invasión estadounidense para derrocar al general Manuel Noriega, Panamá ha mantenido una política de desmilitarización. Esta postura está consagrada en el Artículo 310 de la Constitución panameña, que establece explícitamente:


"La República de Panamá no tendrá ejército."



Durante más de tres décadas, Panamá ha confiado en su Policía Nacional y otros servicios de seguridad para mantener el orden interno y la seguridad pública.


Desarrollos recientes: adquisición de aeronaves militares y mayor cooperación con EE.UU.

En febrero de 2025, el Secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, y el presidente panameño José Raúl Mulino acordaron ampliar la cooperación entre el ejército estadounidense y las fuerzas de seguridad de Panamá. Este acuerdo enfatiza los intereses de seguridad compartidos, en particular la protección del Canal de Panamá.

Posteriormente, el 12 de marzo de 2025, el Consejo de Gabinete de Panamá autorizó la compra de seis aeronaves para el Servicio Nacional Aeronaval (SENAN), por un total de aproximadamente 197 millones de dólares. Esta adquisición incluye:

  • Cuatro aviones de ataque ligero A-29 Super Tucano, del fabricante brasileño Embraer, valorados en más de 78 millones de dólares.

  • Dos aviones de transporte C-295, de Airbus Defense and Space, con un costo superior a los 109 millones de dólares.

El gobierno sostiene que estas aeronaves fortalecerán las capacidades del SENAN en patrullajes aéreos, respuesta a desastres y asistencia humanitaria.


Implicaciones para la soberanía y la dinámica regional

Estos desarrollos han provocado un debate sobre la soberanía de Panamá y el posible resurgimiento de la influencia militar estadounidense en la región. Críticos argumentan que tales acuerdos podrían allanar el camino para una renovada presencia militar de EE.UU., evocando intervenciones pasadas. Además, la inversión en equipo de grado militar parece contradecir el compromiso constitucional de Panamá con la desmilitarización.

Para organizaciones como AfroResistance, estas cuestiones son particularmente preocupantes. Históricamente, las intervenciones militares de EE.UU. en América Latina han afectado desproporcionadamente a las comunidades afrodescendientes e indígenas. El potencial aumento de la militarización genera alarmas sobre la marginación y criminalización de estas comunidades bajo el pretexto de operaciones de seguridad.

Asimismo, activistas y defensores de la justicia racial y social en EE.UU. deben mantenerse vigilantes. Los patrones de militarización y la intervención extranjera en Panamá podrían tener amplias implicaciones para la política exterior estadounidense en la región, con efectos en las políticas internas relacionadas con el control policial y las relaciones comunitarias.


Llamado a la acción

A la luz de estos acontecimientos recientes, AfroResistance y organizaciones aliadas exigen transparencia y rendición de cuentas tanto del gobierno panameño como del estadounidense. La militarización ha conducido históricamente a un aumento de la represión, violaciones de derechos humanos y la criminalización de comunidades negras e indígenas en América Latina y el Caribe. La renovada presencia militar de EE.UU. en Panamá, junto con la inversión del gobierno en equipo militar, contradice el compromiso constitucional del país con la desmilitarización y corre el riesgo de profundizar las injusticias raciales y económicas, estos acuerdos perpetrado desde el silencio gubernamental panameño, mansilla el sentimiento de soberanía nacional de un pueblo que pagó con su vida la recuperación de su territorio. 

AfroResistance exige:

  1. Divulgación completa de los detalles del acuerdo militar entre EE.UU. y Panamá firmado en febrero de 2025 y una revisión inmediata de sus implicaciones para la soberanía y los derechos humanos en Panamá.

  2. Detener la militarización de Panamá, incluyendo la cancelación de la compra de aeronaves militares por 197 millones de dólares, recursos que podrían destinarse a educación, salud e infraestructura.

  3. Fin a la presencia militar y la intervención de EE.UU. en América Latina y el Caribe, que históricamente han resultado en desestabilización, desplazamientos y represión de comunidades racializadas.

  4. Inversión en estrategias de seguridad comunitarias que no dependan de la militarización, sino que prioricen la justicia económica y social, la resolución de conflictos y el desarrollo sostenible.

  5. Compromiso con una América Latina y el Caribe desmilitarizados – Exigimos que Panamá y todas las naciones de la región respeten la declaración CELAC de 2014, que proclama a América Latina y el Caribe como una "Zona de Paz". Esto implica que los gobiernos deben comprometerse a resolver conflictos sin intervención militar o interferencia extranjera y rechazar políticas que fomenten la presencia militar estadounidense o profundicen la militarización.


Hacemos un llamado a organizaciones, activistas y legisladores a respaldar esta demanda a través de la campaña Zona de Paz de la Black Alliance for Peace, que aboga por la expulsión del colonialismo, el patriarcado, el capitalismo y todas las formas de imperialismo de la región. Firmar este compromiso significa defender la soberanía, la autodeterminación y la protección de las comunidades negras e indígenas contra la violencia militarizada.


La lucha está interconectada

La comunidad internacional, particularmente los organizadores negros y otros activistas de color en EE.UU., debe reconocer que lo que sucede en Panamá no es un evento aislado y tendra repercusiones regionales que produndizaran las desigualdades en nuestros países. El militarismo estadounidense en el extranjero está profundamente vinculado con la sobrevigilancia, criminalización y brutalidad policial contra comunidades negras y latinas en EE.UU. Las luchas contra la expansión militar estadounidense, el imperialismo y la violencia estatal y la criminalización de la protesta  en la región están conectadas, y nuestra resistencia también debe estarlo.


Panamá se encuentra en una encrucijada: puede mantener su liderazgo en la desmilitarización y la soberanía, o puede volver a caer en el ciclo de dependencia militar de EE.UU.. El mundo debe prestar atención y actuar ahora.

Comments


bottom of page