La provincia de Colón, en Panamá, se ha visto fuertemente afectada por la violencia que según los estamentos de seguridad, la misma está vinculada al narcotráfico y a las pandillas. Esta violencia ha dejado un saldo alarmante de 62 homicidios a la fecha 25 de junio 2024, hasta mes de mayo los casos de homicidios habían aumentado un 23% con respecto al año pasado, con un promedio de un asesinato cada 3 días.
La tasa de homicidios por cada 100,000 habitantes en la provincia es de 25.75 en la actualidad, lo que duplica la tasa de homicidio del país del año pasado, que fue de 11.5 por cada 100,000 habitantes.
Es importante señalar que la provincia de Colón es la provincia con mayor población afrodescendiente por metro cuadrado en Panamá, lo que nos lleva a analizar esta problemática desde una perspectiva étnico-racial. La violencia en esta región ha impactado de manera desproporcionada a la comunidad afrodescendiente, que se ve envuelta en situaciones de conflicto y violencia de manera permanente, afectando a las familias, en especial a las mujeres y a las niñas afrodescendientes.
Un dato preocupante es que más del 90% de las víctimas de estos homicidios son hombres menores de 40 años, siendo la gran mayoría jóvenes entre 17 y 30 años, concentrando en la etapa productiva y reproductiva del ciclo de vida las personas. Esta situación nos lleva a reflexionar sobre las condiciones socioeconómicas y el acceso a oportunidades que enfrentan la juventud en esta región, esta realidad aumenta los riesgos de caer en actividades delictivas y de violencias.
Desde una perspectiva de la indiferencia institucional, se deja ver que la juventud colonense esta abandonada a su suerte. A lo largo de los años se ha perpetuado una falta de atención y apoyo hacia las necesidades y derechos de esta comunidad, lo que refleja una falta de compromiso real para abordar de manera integral y efectiva las desigualdades, y discriminaciones que enfrenta la población de esta provincia, sin olvidar que Colón es la segunda provincia que genera más ingresos al país, por otra parte mantiene vergonzoso niveles de desempleos.
Achille Mbembe , en su obra "Necropolítica" , explora cómo el poder soberano decide quién puede vivir y quién debe morir, enmarcando esta capacidad dentro de un contexto más amplio de violencia sistémica y exclusión social. Mbembe argumenta cómo ciertos cuerpos y vidas son continuamente expuestos a la muerte. La necropolítica se manifiesta en Colón a través de la falta de oportunidades, la exclusión económica y la constante amenaza de la violencia, que se saña sobre la juventud negra de esta provincia. Estas muertes son el resultado de un sistema que, al no proporcionar las condiciones necesarias para una vida digna, empuja a estos jóvenes hacia la muerte.
El caso de los 62 homicidios de jóvenes mayoritariamente negros en la provincia de Colón en Panamá, es un triste reflejo de las ideas de Mbembe. Estos asesinatos no solo representan una crisis de seguridad, sino también una manifestación de cómo las vidas de los jóvenes negros están sistemáticamente devaluadas, como dijo Francia Márquez y Galeano, “los nadie”; seres expuestos a la muerte constantemente. En una sociedad donde el empobrecimiento, la desigualdad y el racismo estructural y sistémico son rampantes, estos jóvenes son vistos no solo como prescindibles, desechables, sino como objetivos de una violencia que es, en muchos sentidos, el resultado de la estructura social y política en que viven.
En este sentido, la realidad que hoy se vive en Colón no es solo un problema de criminalidad, sino una cuestión profunda de justicia social y derechos humanos. Es imperativo que se aborden las raíces estructurales de esta violencia para que todos los jóvenes, sin importar su color de piel, puedan vivir en un entorno seguro y con igualdad de oportunidades. La reflexión de Mbembe nos llama a no solo mirar los síntomas, sino a cambiar las estructuras que perpetúan esta violencia, y esto es también una responsabilidad de todes.
Es fundamental que las autoridades tomen medidas urgentes para abordar esta problemática en la provincia de Colón, implementando políticas públicas que promuevan la inclusión social y económica de la provincia, en particular de la población afrodescendiente, así como estrategias encaminadas a la prevención de todo tipo de violencias, no es un secreto que las población afrodescendiente en el país tiene que lidiar con el perfilamiento racial que aplican los estamentos de seguridad en todo el país, donde las personas que viven en los sectores empobrecidos y racializados son sospechosos de cometer delitos, solo por pertenecer una comunidad y ser de un determinado color de piel.
La violencia en Colón no solo afecta a las familias de las víctimas, sino que también impacta en la comunidad en su conjunto, generando un clima de inseguridad y miedo. Es necesario trabajar de manera conjunta y coordinada con la población para erradicar la violencia y construir un futuro más seguro y donde los habitantes de la provincia de Colón puedan tener una vida digna y que merezca ser vivida.
Por ello Afroresistencia coloca en el centro nuestro trabajo, las poblaciones y comunidades negras de las américas, porque conocemos las realidades que se viven en la región, el contexto que hoy exponemos en este texto es la realidad de otros países como Colombia y Brasil, a manera de ejemplo en el año 2018, los datos reflejaban que “el número de jóvenes afrodescendientes víctimas de homicidio cuadruplica con creces el de jóvenes no afrodescendientes. Esta cifra representa la muerte violenta de 61 jóvenes afrodescendientes brasileños cada día, es decir, más de 2 muertes cada hora.”
Es urgente y necesario que se tomen las medidas para erradicar el sangrado de muertes de jóvenes negros en la región, que se aborden los verdaderos factores que se encuentran en la base de la matriz de desigualdad, los cambios no se darán si no se trabaja sobre el sistema estructural que perpetua el racismo, la discriminación sobre una población que en el pasado fue considerado objeto y en la actualidad parece que para los poseedores del poder, los jóvenes negros de Colón no son personas por lo tanto no tienen derecho a vivir con dignidad.
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